Marco Aurelio veía su mente como una ciudadela interna, una fortaleza que permanecía en calma a pesar de las batallas al otro lado de las murallas.
Muchos asumen que alcanzarán ese estado de nirvana psicológico cuando resuelvan todos sus problemas o ligando su paz interna a la ausencia de trabas externas.
Es un error.
Los problemas son parte de la vida y cuando resolvamos unos, aparecerán otros. El objetivo de la vida no es eliminar todos nuestros problemas, sino actuar de una forma correcta y coherente con nuestros principios, valores y manteniendo paz mental aún a pesar de estos problemas.
Cada año las grandes compañías invierten miles de millones de euros en marketing investigando cómo atraer nuestra atención y poder manipular nuestro comportamiento. Debemos resistirnos. Proteger primero nuestra atención, y apuntalarla después en la dirección adecuada: nuestros objetivos.
La atención que dedicamos a cualquier acción, debe de corresponderse con su valor ya que la mente se acaba tiñendo de los colores de nuestros pensamientos
Gastamos un dinero que no tenemos en comprar cosas que no necesitamos para impresionar a personas que ni siquiera estimamos. No esperemos lograr buenos resultados si dedicamos mucho tiempo a las cosas sin valor.
Tendemos además a caer en la felicidad condicional: seré feliz cuando resuelva este problema o adquiera esta cosa. Poco probable: Solo vemos lo bueno de algo cuando lo perseguimos y solo vemos lo malo cuando lo alcanzamos.
Al resolver un problema o conseguir un deseo, la simple adaptación hedónica o el propio devenir de los hechos hará que aparezcan otros. La vida es una continua sucesión de problemas y deseos insatisfechos.
Para los estoicos, la felicidad resulta interior y ajena a todo lo externo. La serenidad debe lograrse en el presente imperfecto y, los placeres o deseos cuando ya superan cierto umbral, mutan en tiránicos castigos
En la vida, nuestro primer trabajo consiste en dividir y distinguir las cosas en dos categorías: las circunstancias externas que no podemos controlar y las decisiones que tomamos con respecto a ellas y que están bajo nuestro control
Marco Aurelio sostenía que la calidad de nuestra vida depende de la calidad de nuestros pensamientos: tú tienes poder sobre tu mente, no sobre los acontecimientos. Date cuenta de esto y encontrarás tu fuerza.
En ningún sitio encontraremos un retiro más tranquilo que en nuestra propia mente
Muchas veces nos equivocamos al buscar la muerte en el futuro, porque gran parte de la muerte reside en el pasado. Los años pasados están ya en manos de la muerte
No tropieces con algo que ya está detrás de ti.
Cuando te levantes cada mañana, piensa en el precioso privilegio de estar vivo, de respirar, de pensar, de amar
Una parte de las personas que amamos sigue con nosotros. Ese tiempo pasado, siempre nos pertenece
Gracias por confiar en nosotros
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