David corrió hacia Goliat. Rápidamente lanzó una piedra con su honda, y el gigante cayó al suelo.Esta historia bíblica es, para muchos de nosotros, el epítome de la lucha entre el pequeño y el grande, la victoria milagrosa del débil sobre el fuerte. Sin embargo, en David y Goliat, Malcolm Gladwell nos ofrece una nueva perspectiva: David no era débil ni su victoria un golpe de suerte. David era un estratega. Goliat, con toda su fuerza bruta, no era tan invencible como parecía.
David entendió algo que Goliat no: el verdadero poder no está en el tamaño ni en la fuerza bruta, sino en la capacidad de jugar con nuevas reglas, desafiando lo establecido. David, con su agilidad y precisión, cambió el campo de batalla, manteniéndose fuera del alcance de Goliat y utilizando su honda de manera efectiva. Mientras que Goliat, con su armadura pesada y fuerza bruta, estaba limitado y vulnerable.
Trasladado esto a nuestro tiempo, semeja la desigual lucha de la infantería contra la aviación, inalcanzable esta para los primeros y para la que esta última, apenas precisa acertar tranquilamente al indefenso objetivo. Goliat, con su fuerza bruta y armadura pesada, no pudo hacer mucho más que esperar el golpe.
Nuestro Propio Goliat
Este relato, en muchos sentidos, refleja el viaje de iener desde nuestra fundación en octubre de 2014. Empezamos nuestra andadura en condiciones que, a simple vista, nos colocaban como los “David” del sector energético. No lo hicimos desde una posición de fortaleza. Al contrario, comenzamos desde lo más profundo del Fogasa, tras el abrupto cierre de una histórica empresa. Con más de nueve mensualidades adeudadas, siendo yo el más joven del equipo cumplidos ya mis 50 y con el autoempleo como nuestra única y viable opción.
Pero, como en la historia de Gladwell , aprendimos a jugar con nuestras propias reglas, a ser precisos en lugar de grandes, y a utilizar nuestra agilidad como ventaja.
En lugar de enfrentarnos directamente con los grandes nombres del sector energético, que tenían reglas y métodos de trabajo muy establecidos, decidimos cambiar el campo de batalla. No íbamos a luchar con su fuerza bruta, sino con nuestra capacidad de innovar y adaptarnos. Nos enfrentábamos a un Goliat que representaba no solo a las grandes empresas, sino también a la desconfianza del sector, el temor al desempleo y los obstáculos financieros.
Desde el principio supimos que no podíamos competir en tamaño, pero sí podíamos ser más eficientes, más precisos y más orientados al ahorro energético, económico y medioambiental.
La primera piedra
El 29 de enero de 2015, tras cuatro meses de trabajo sin cobrar entretanto ni un solo euro, recibimos firmado nuestro primer contrato de mantenimiento. Nuestra primera victoria no vino rápidamente ni con grandes gestos. Al contrario, fue el resultado de un esfuerzo continuo y estratégico. Esta fue nuestra primera piedra, la que nos facilitó una base sólida para seguir adelante y ofrecer cierta estabilidad laboral para la de aquel entonces, muy envejecida plantilla.
Desde entonces, hemos seguido trabajando, construyendo una reputación basada en la confianza, la transparencia y la innovación. Mientras los grandes jugadores del sector seguían operando con modelos tradicionales y costosos, nosotros apostamos por proyectos más accesibles y eficientes, siempre enfocados en el éxito y en garantizar ahorros tangibles y éxito comercial para nuestros clientes.
El Camino Sigue
Diez años después, en iener apenas ocupamos más que un taxi. A diferencia de 2014, ahora sabemos que nuestra fuerza esta en la pasión. Independientes de todos. Nuestra única responsabilidad, ante el usuario. Diseñamos y proyectamos nuestra pasión por el diseño. Ninguna otra instaladora puede competir con nuestra historia. Ninguna otra instaladora tiene nuestra pasión, nuestra visión. La innovación es nuestra fuerza, pero la pasión es el corazón de la empresa. No abandonaremos nuestro objetivo. Lo fomentaremos
Haremos una pasión más inteligente. La llevaremos al límite, la pondremos a prueba y la romperemos para volverla a crear. Y mientras otros se esfuerzan en prometerlo todo, nosotros prometeremos una sola cosa. De todas las emociones, la más humana, la más personal y la más preciada: esta es la historia de iener. Es la historia de la pasión
“Aprende las reglas como un profesional, para poder romperlas como un artista” Pablo Picasso
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