Más nerviosos e inquietos que un gato en una matanza…
Así estábamos aquel día. Se trataba de la inauguración de uno de los primeros edificios inteligentes, conocido cariñosamente entre nosotros como “El Listillo”. La entidad financiera propietaria decidió marcar un hito memorable invitando a José Ignacio López de Arriortúa, alias “Super López” ,flamante jefe de compras en General Motors. Para coronar el evento, se organizó una videoconferencia con su central en Detroit.
Corría 1991. En una época sin Zoom ni Teams, lograr una conexión de ese calibre era casi un acto de brujería. Pero se hizo. Ese edificio adelantado a su tiempo nos marcó a todos, no solo por la tecnología pionera que implementamos, sino también por los desafíos técnicos y los aprendizajes durante su diseño, ejecución y mantenimiento.
De la experiencia terciaria al residencial sostenible
Esta experiencia, acumulada durante más de cuatro décadas en el sector industrial y terciario, nos ha permitido trasladar esa misma exigencia técnica al diseño de las viviendas Passivhaus de Grupo Lobe. Promociones como Esparta, con sus 144 viviendas y un valor aproximado de 28-30 millones de euros, creemos que no se puede permitir, el dejar su gestión técnica y explotación al azar.
Sin embargo, resulta desolador que, en pleno 2024, aún veamos proyectos residenciales que condenan a sus habitantes a soluciones técnicas obsoletas. Desde viviendas Passivhaus para alquiler social hasta residencias de lujo, encontramos errores comunes:
Estas decisiones no solo afectan la calidad de vida de los residentes, sino que también deprecian rápidamente el valor de las viviendas, perpetuando con ello un feísmo, un brutalismo arquitectónico y energético que debemos superar.
Un nuevo paradigma: gestión eficiente y sostenible
Con nuestra propuesta de Passivtermia, estamos transformando el enfoque tradicional del sector residencial, ofreciendo soluciones sostenibles y accesibles para todos. Este modelo permite:
La administración de los costes energéticos es ahora precisa y sencilla: basta con introducir el precio del kWh en el sistema, que calcula automáticamente los recibos mensuales según los consumos individuales. Además, los sistemas de ventilación, climatización y ACS se autorregulan, minimizando la intervención humana y garantizando confort y eficiencia.
Y en caso de averías o emergencias, el sistema notifica de forma inmediata mediante SMS a la empresa de mantenimiento, al presidente de la comunidad o a la persona responsable.
De edificios listos a hogares humanos
La frase de Robert F. Kennedy, «Solo aquellos que se atreven a fallar a lo grande, pueden lograr algo grandioso», refleja perfectamente el espíritu que impulsó a Grupo Lobe a apostar por las viviendas Passivhaus y asumir el reto de implementar la Passivtermia. Esa valentía y visión no solo transforman edificios, sino también vidas.
El verdadero desafío no es solo implementar tecnología avanzada, sino aprender de cada paso y usarla para crear entornos que realmente mejoren la calidad de vida.
Porque al final, no se trata de edificios más listos, sino de hogares más humanos.
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