En este lienzo de Pellegrino, aparece Eolo, dios de los vientos, entregando un zurrón a Ulises. Tras años de navegar entre sirenas, magas, cíclopes y otros contratiempos mitológicos, por fin Eolo, le facilita la solución a Ulises y su tripulación para volver a Itaca. En el zurrón encierra todos los vientos excepto Céfiro, el suave viento del oeste e inspirador de nuestra Aerólica.
La única condición que solicita a Ulises, consiste en no abrir el zurrón hasta su llegada a Itaca. Como bien puedes imaginar, cegados por la avaricia al imaginar grandes riquezas o secretos en su interior, abren este, desatan los vientos y se lía parda, naufragio incluido.
Ahora entra en escena nuestro Helios, o Hiperión como le gustaba llamarle a su hija Circe. Este, dios del sol y propietario de unas vacas sagradas cual ganado rojo del sol, y que nadie podía tocar. En esto consistía la única condición: no tocar a las vacas. Seguro que ya lo adivinas: carne asada para la tripulación, furia divina para todos.
Helios no se anda con rodeos. Le pide a Zeus que haga algo con la amenaza de retirarse del cielo y dejar todo a oscuras. Zeus, lanza un rayo que destruye al barco y tripulación. Nuevo naufragio quedando vivo únicamente Ulises, para continuar con este cúmulo de desastres que nos relataba Homero.
Este aforismo de bolsa, que también se cumple tanto en la energía, como en los mitos griegos, nos dice que todo es una cuestión de equilibrio y respeto por las reglas. La transición energética requiere innovación, planificación y pragmatismo. No basta con atrapar el viento o adorar al sol: necesitamos soluciones equilibradas, eficientes y duraderas.
A finales de 2025, ya estarán certificados nuestros nuevos recuperadores adiabáticos de alta paridad térmica y control higrométrico. Esto no resulta nuevo: en la industria papelera donde el control de humedad resulta crítico, hemos diseñado procesos térmicos para las principales multinacionales de celulosa, presentes en todas nuestras cocinas y baños. Con ello aprendimos que el aire, la temperatura y la humedad deben mantener un delicado equilibrio. La clave no está en añadir más, sino en optimizar lo justo y necesario. Hacer lo que se debe, y no hacer lo que no se debe.
Por eso, nuestro próximo reto es conseguir una ventilación 100% pasiva y de consumo 0. Esto lo lograremos con estos nuevos recuperadores de alta eficiencia eléctrica y produciendo esta energía mediante sistemas solares. Ni un solo kW de más. Trabajaremos la Fotoeólica, en paridad eléctrica, y el residuo solar en paridad térmica mediante Fototermia. Como invitados, la intervención de estos dos dioses paganos:
Hace apenas unos días recibimos la certificación Passivhaus para las dos primeras promociones con Passivtermia, y que ya otras constructoras se apresuran a imitar. En residencial, a diferencia de la industria, el camino resulta largo, trufado de intereses comerciales, celos y recelos: Para 2027, esperamos haber desterrado lo superfluo e ineficiente de las viviendas para comenzar a redefinir el estándar energético con soluciones más limpias, eficientes y responsables.
Ahora mismo, nuestra singladura se dirige hacia un nuevo horizonte: ir incorporando medidas activas y de diseño industrial, que revolucionarán la gestión energética, coste económico y simplicidad de ejecución. Hemos aprendido a combinar el viento y el sol, y como Eolo y Helios nos recuerdan, cuando trabajamos en armonía con las fuerzas que nos rodean, el camino hacia Ítaca se vuelve más claro. A cada paso, la ingeniería, la innovación y un cálculo preciso han sido nuestro norte. Porque el futuro no necesita más adornos, sino sistemas que funcionen con la misma elegancia que las leyes de la naturaleza
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